XX DOMINGO TIEMPO ORDINARIO. CICLO C

DEBEMOS SEGUIR AL SEÑOR RESPONDIENDO A SU LLAMADA

En este tiempo vacacional y caluroso de agosto no debemos permitirnos ninguna pausa en el seguimiento de Jesús. Él ha de seguir siendo una prioridad que no admite desconexión. Las lecturas de este domingo son una clara llamada a responder al Señor en todo momento.

El profeta Jeremías tropieza con un pueblo que se niega a escuchar el mensaje que él les transmite en nombre de Dios. Les enfrenta con su verdad y eso les resulta tan molesto que no quieren escuchar al profeta y deciden matarlo. El mensaje divino remueve lo establecido y eso no gusta y despierta la ira de los que prefieren mantenerlo todo como está, aunque sea caminando hacia la ruina. Arrojan a Jeremías a un pozo sin agua para que muera hundido en el lodo.

Jeremías era “la voz de Dios” en medio del pueblo y al final Dios lo salvará. 

El mensaje del Salmo 39 es muy claro: en medio de las hostilidades y las pruebas hay que confiar en Dios que es auxilio y liberación. 

La fe es un tema central en la carta a los hebreos. Nos anima a superar las dificultades y despojarnos de todo lo que estorba, del pecado que impide avanzar.

Fijar los ojos en Jesús es lo que nos dará seguridad.  Él recorrió su camino sin miedo a la ignominia y asumiendo la Cruz. Miremos al que nos dará la fuerza necesaria para seguir caminando. Jesús es nuestro consuelo y nuestra esperanza. Mirándolo se fortalecerá nuestra fe en medio de las dificultades.

Jesús ha comenzado ya su viaje a Jerusalén y Lucas hace de este viaje el eje de su relato evangélico. La subida de Jesús a Jerusalén se convierte en el camino inspirador de sus seguidores. Ese viaje conduce a la Jerusalén que “mata a los profetas”. 

El evangelio de hoy puede resultar desconcertante. Jesús comienza ese viaje presentando las exigencias y condiciones que conlleva su seguimiento. Se trata de un camino de plenitud y de vida abundante que pasa necesariamente por la Cruz, por la entrega de la propia vida.  Los discípulos que ya caminan con el Señor deben tener claro lo que significa ir con Él, dispuestos a vivir como Él, asumiendo las consecuencias.

Jesús es consciente de que le espera un difícil destino que le causará angustia, pero camina con decisión hacia él. Su predicación del Reino provocará enfrentamientos y odio.

Lo dijo Simeón en la presentación en el Templo: “éste será bandera discutida, signo de contradicción, está puesto para que muchos caigan y se levanten…”Jesús va a correr la suerte de los profetas. La opción por Él puede crear confrontación incluso entre los miembros de una familia. El seguidor de Jesús puede sentir este rechazo y esa confrontación no solo procedente del mundo sino también de su entorno más íntimo.

Pero no hay que rendirse. Jesús no se detiene, sigue adelante. La respuesta urge y no cabe la tibieza ni la mediocridad. Optar por Él implica la valentía que procede de saber bien “de quien me he fiado”. El Señor nos anima porque si alguno es señalado por su causa Él siempre será auxilio y liberación.

Acudamos también a María. Ella nos dará fuerza para seguir e Jesús en cualquier circunstancia, incluso en las más difíciles.

Que así sea.

Homilía D. Norberto García Díaz 17 de agosto 2025

Extraída de un texto de Paco Zanuy