FESTIVIDAD DE TODOS LOS SANTOS

“Creer en el cielo es confiar en que Dios nos llama a una vida plena, más allá del dolor y del olvido.”

En este día la Iglesia nos invita a pensar en la felicidad y en el cielo. 

La situación de nuestro mundo con tantas guerras y tanto sufrimiento puede alejar a muchas personas de la idea de Dios y de la felicidad. Además, hoy se nos vende una idea de la felicidad que tiene poco que ver con lo que proclama el Evangelio de las Bienaventuranzas que acaban de escuchar.

La alegría de ser hijos de Dios

Pese a los motivos para la tristeza, algunos sentimos la alegría de ser hijos de Dios porque, como dice Pablo, “lo somos”. Creemos en la santidad porque hay auténticos santos que no están canonizados ni lo estarán nunca porque viven y han vivido en el anonimato.

Todos los santos: los conocidos y los ocultos

Desde el siglo IX incluimos en la fiesta de este día a todos nuestros santos.Y cuando decimos “todos”, nos referimos a la totalidad de los salvados por la misericordia de Dios.

Muchos de esos santos quizás hayan convivido con nosotros. Ellos amarona Dios, le fueron fieles en el anonimato y vivieron las bienaventuranzas, piedra de toque del cristiano. Todos ellos tienen o tendrán ese premio que solo Dios puede y quiere darles, aunque en este mundo no hayan recibido ninguna recompensa. Son muchísimos. Solo Dios puede contarlos.

Basta con mirar a nuestro alrededor para descubrir a alguno. Hubo otros quellegaron a ser reconocidos por la Iglesia, pero ya tienen sus fiestas.

Creer en el Reino de los Cielos

En esta celebración cristiana de Todos los Santos, podemos tratar deentender y tratar de vivir algunos rasgos de nuestra fe en la vida eterna. 

Las bienaventuranzas hablan del Reino de los Cielos. Podemos preguntarnos qué significa creer en este Reino.

Creer en el cielo es esperanza, justicia y consuelo

Creer en el cielo es resistirse a aceptar que nuestra vida sea sólo un pequeño paréntesis entre dos inmensos vacíos. Apoyándonos en Jesús creemosque Dios está conduciendo hacia su verdadera plenitud el ansia de vida, de justicia y de paz que se encierra en la creación y en el corazón da la humanidad.

Creer en el cielo es rebelarse con todas las fuerzas a que esa inmensamayoría de hombres, mujeres y niños que en esta vida sólo han conocido miseria, hambre, humillación y sufrimientos, quede enterrada para siempre en el olvido.Confiando en Jesús, creemos en una vida donde ya no habrá pobreza ni dolor, nadieestará triste y nadie tendrá que llorar.

Creer en el cielo es acercarse con esperanza a tantos enfermos crónicos,minusválidos físicos y psíquicos, los hundidos en la depresión, cansados de viviry de luchar. Siguiendo a Jesús, creemos que un día conocerán lo que es vivir con paz y salud total. Escucharán las palabras del Padre: “Entra para siempre en elgozo de tu Señor”.

Esperanza en el encuentro con Dios

No podemos resignarnos a que Dios sea para siempre un «Dios oculto», del que no podamos conocer jamás su mirada, su ternura y sus abrazos. Nopodemos hacernos a la idea de no encontrarnos nunca con Jesús. No nos resignamos a que tantos esfuerzos por un mundo más humano y dichoso se pierdan en el vacío. Un día los últimos serán los primeros y “las prostitutas nos precederán en el reino de los cielos”. Conoceremos a los verdaderos santos de todas las religiones y de todos los ateísmos, los que vivieron amando en el anonimato y entregándose sin esperar nada.

La promesa de Dios

Un día podremos escuchar estas increíbles palabras que el Apocalipsispone en boca de Dios: «Al que tenga sed, yo le daré a beber gratis de la fuentede la vida». ¡Gratis! Sin merecerlo. Así saciará Dios la sed de vida que hay ennosotros.

Podemos decir que esta fiesta es el triunfo de la redención realizada porCristo y esperamos que, con la ayuda de María, su Madre Santísima, sehaga realidad también en nosotros.

Que así sea.

Paco Zanuy


Homilía D. Norberto García Diaz 1 noviembre 2025

Extraída de un texto de Paco Zanuy