FESTIVIDAD DE SANTIAGO APÓSTOL

A los cristianos aún nos queda mucho por aprender

En nuestra sociedad, incluso en nuestras comunidades cristianas, hay una mentalidad y un modo de comportamiento que predomina con bastante frecuencia: el afán de poder, las ganas de ser importante y conseguir pasar delante de los demás. Creemos que, sin nosotros nada funcionaría.

Los doce apóstoles llevaban bastante tiempo con Jesús y aún no le habían comprendido. Esto queda patente cuando la madre de Santiago y Juan pide lugares de privilegio y de poder para sus hijos, y los otros diez se indignan ante esa pretensión. Todavía pensaban que el Reino de Jesús era de este mundo.

Hace tiempo que nosotros conocemos a Jesús y a veces parece que no lo hemos comprendido. Y es que ver el mundo con los ojos del Dios de Jesús supone dar al traste con nuestros esquemas:

según el Dios de Jesús cuenta el que sirve, el que hace el trabajo no valorado, el que es tratado como inferior. Con frecuencia nuestro modo de valorar es otro.

A los cristianos aún nos queda mucho por aprender, tenemos que ponernos a ello.

 Santiago, Juan y los otros diez, también fueron aprendiendo con el tiempo. Tanto, que llegaron a proclamar con valentía que «hay que obedecer a Dios antes que a los hombres». Finalmente habían asumido la manera de ver del Dios de Jesús. Fue Santiago el primero de los doce que, como Jesús, dio la vida. El que quería el poder y la gloria, fue asesinado por el poderoso de turno. Había cambiado de armas, porque había cambiado de esquemas.

El camino de conversión de los doce y, en concreto, de Santiago debe ser un estímulo para nosotros.

 Podemos cambiar si nos libramos de los complejos y superamos nuestros temores. Leamos el Evangelio sin prejuicios.

Todos somos hermanos e hijos de un único Padre y, si alguien tiene que ser tratado como más importante, es precisamente el servidor, el que da la vida por los demás.

Que la comunión Jesús, a través de la Palabra y de la Eucaristía, nos lleve a la conversión. Santiago comprendió que comulgar con Jesús comportaba vivir como él, que se hizo esclavo de todos. Que también nosotros descubramos dónde se encuentra la verdadera gloria y vivamos de acuerdo con ella.

Que el Apóstol Santiago, nuestro patrón, nos ayude a cambiar de mentalidad, que no busquemos los primeros puestos, sino que seamos los primeros en dar la vida por los demás y que María, nuestra madre nos ayude, como dice la tradición que ayudó a Santiago a evangelizar España.

Que así sea.

Homilía D. Norberto García Díaz. 20 de julio 2025

Extraída de un texto de Paco Zanuy