Hay dos palabras, en el nuevo testamento griego, que la comunidad cristiana primitiva dejó sin traducir, por la importancia que revestía para ella. Estas palabras son Abba, Padre Amado, y Talitha Qumi: Niña, levántate. ¡Con qué dulzura, con qué matices, con qué singularidad habrán salido de labios de Jesús¡ Estas palabras, feliz y reveladoramente, pertenecen al mundo de la ternura y de la infancia. Son el resumen logrado de la infancia espiritual, la síntesis del evangelio de los pobres en el espíritu. Padre, papá, niño, hijo, hija: es decir: paternidad y abandono; amor, confianza.
Jesús, en el evangelio de hoy, cura a dos mujeres. Con una condescendencia cariñosa, abierta, deja que una mujer, la hemorroisa, roce con sus dedos la cimbria de su manto. Es un toque ligero, más discreto que el roce de un ala, pero le llega al corazón. Y la cura. Sin embargo, pregunta: ¿ Quién me ha tocado ?. La mujer, humillada, quiere discreción; ella pide un milagro callado, perdido en el anonimato; pero Jesús no lo admite. Ha sido tan bello el gesto, tan grávido de fe, que quiere colocarlo sobre el celemín, para que alumbre a todo el mundo. Y Jesús le sonría: » Mujer, grande es tu fe: quedas curada para siempre».
Estas expresiones de Jesús – una alabanza y una invitación – son para todos nosotros. ¿ Qué esperamos, para levantarnos ? ¿ Qué esperamos, para tocar la fimbria de su manto ? ¿ Qué esperamos para comer, para fortificarnos con la Eucaristía, para seguirle, para transmitir su mensaje ? Tenemos a Jesús propicio, amigo, confidente. Sigámosle. Hagámonos ricos con su pobreza. No sembremos muerte ni destrucción a nuestro paso, sino alegría y resurrección. Apoyados en Jesús resucitado, aportemos nuestro granito de arena a la liberación de la humanidad: aportemos nuestra fuerza, a la victoria de Jesús sobre la enfermedad, sobre el pecado y sobre la muerte.
Agradecidos, vivamos para la vida, como El, y cantemos como la Virgen María, alegremente, el Magníficat de la Liberación.
María Luisa Brey
D. Norberto García Díaz, homilía XIII domingo de tiempo ordinario 2024.