DOMINGO DE LA SAGRADA FAMILIA. CICLO C

Hoy celebramos la Sagrada Familia: Jesús, María y José.

Hoy celebramos la Sagrada Familia: Jesús, María y José.

Ellos también tuvieron días felices y días muy duros. Entre el nacimiento y el Calvario hubo de todo. Vieron cómo Jesús crecía y se desarrollaba por dentro y por fuera; qué maravillosa tuvo que ser esa vida compartida por los tres; ver a Jesús crecer y verlo lleno de sabiduría y de fuerza.

También tuvieron que sufrir su escapada adolescente entre los doctores y por la persecución implacable que Jesús sufrió hasta su muerte como el peor de los malhechores.

La familia es hoy un punto neurálgico de una sociedad en crisis. La situación es preocupante. 

Vivimos en una sociedad en constante cambio tanto por su fuerza interna, como por el impulso de las tecnologías, los avatares sociales, políticos y un sinfín de tensiones. 

Hoy se reivindican muchos tipos de familia y es posible que no todos valgan por igual. Para ello tendrían que responder positivamente por lo menos a tres cuestiones (o a dos, quien no sea creyente): si la familia es un hogar, si es una escuela y si es un templo. Es hogar cuando existen en ella unas relaciones afectuosas. Porque un hogar no es una pensión. Es escuela cuando en ella aprenden. Y es templo cuando todosvive n una dimensión transcendente, respetan y aman a Dios y rezan. 

En la familia hay que reservar un espacio muy especial a los hijos. “Hijo es un ser que Dios nos prestó para hacer un curso intensivo de cómo amar a alguien más que a nosotros mismos, de cómo cambiar nuestros peores defectos para darles los mejores ejemplos, y, de nosotros, aprender a tener coraje… Ser madre o ser padre es el mayor acto de coraje que alguien puede tener”. Palabras que, aunque parezca extraño, pronunció el premio Nobel de Literatura, el portugués José Saramago.

Estas fiestas tienen como centro a un Niño. Es lógico que nos interesemos por sus padres, por su familia. Hoy encontramos múltiples modelos de familia que se presentan como alternativas a la familia tradicional, además de las que están marcadas por la violencia, por la pobreza, etc. Sucede también que aquello que para algunas familias es motivo de hundimiento, para otras es motivo de crecimiento. También hay ideologías sobre el desarrollo de la sexualidad muy discutibles y problemáticas desde una determinada concepción de la vida. No es momento ni lugar para entrar en polémicas.

Oímos también la respuesta de aquella niña de nueve años que llevaba un peso en su regazo a quien un señor preguntó: ”¿no te cansa llevar esa carga en tus brazos?”. La pequeña respondió: “No me cansa, Señor, porque no es una carga: es mi hermano”.

Habrá Navidad siempre que Dios se encarne, siempre que Dios se haga hombre.

Siempre que haya una mujer que diga sí a la propuesta de Dios, siempre que haya pastores que escuchen el mensaje de los ángeles y del portal, siempre que haya unos magos que se esfuercen por seguir la estrella. Entre ellos nos encontramos nosotros y, por eso, somos parte importante de la Navidad.

Nunca olvidemos que también formamos parte de una familia y eso supone un gran compromiso mutuo y una complicidad entre todos para parecernos, desde nuestra fe, a la FAMILIA que hoy celebramos: la familia de Nazaret. 

Que así sea.

Homilía D. Norberto García. Domingo 29 de diciembre

Extraída de un texto de Paco Zanuy